Lo primero que padres y madres debemos saber, es que la lectura es muy importante para el desarrollo de nuestros pequeños. Se han realizado estudios recientes en Latinoamérica y en Europa, cuyos resultados indican que los niños que leen se convierten en adultos cuyo rendimiento es mayor en su vida personal y laboral. Niños y adultos que leen tienen mayor concentración en sus actividades, mejoran su expresión oral y escrita y su memoria.
Imagen Fuente: www.the-parenting-magazine.com |
Imitación
Aquellos padres y madres que leen con asiduidad, tienen ya una gran parte del camino recorrido y le llevan gran ventaja a quienes no acostumbran leer. Los niños son grandes observadores, y así como alguna vez juegan a maquillarse como mamá o a vestirse como papá, también sienten curiosidad por todo lo que sus padres hacen, incluyendo la lectura. Si ven leer a los adultos, tienden a incorporar la actividad con mayor naturalidad. Pero a no desesperar, que si no se lee mucho en casa, igual se puede lograr que los más chicos se entretengan con esta actividad.
Espacios dedicados a leer
Es importante tener libros variados en casa, y dedicarles un espacio físico al que el niño acceda con facilidad. Es importante también, que el niño disponga de algún lugar cómodo para hojear sus libros. Pero más importante es que el día tenga un espacio dedicado a la lectura compartida, sobre todo para los más pequeños. El momento lo elije cada familia, pero si aún no lo eligieron, la noche, antes de dormir, es, sin lugar a dudas, un tiempo especial para leer con ellos: un cuento corto para los más chicos, algunas páginas de una historia larga para los más grandes… y a medida que crezcan, seguro ellos mismos serán los que lean un poco antes de apagar la luz.
Un libro para cada uno
Probar dos o tres historias y concluir que al niño no le interesa leer, es un error común en aquellos padres que se dan por vencidos. Recuerden que no a todos nos gustan las mismas películas ni los mismos programas de televisión, no todos elegimos las mismas actividades… y así tampoco, no todos podemos disfrutar del mismo libro. Si bien hay algunas opciones que suelen gustarle a la mayoría de los niños cada uno sentirá inclinación por un tipo de historia por sobre otras. Es sólo cuestión de probar y descubrir. Brujas o magos, animales o niños, aventuras o cuentos de hadas… cada niño tendrá su preferencia. Es bueno, por ejemplo, ver con qué se entretiene más a la hora de ver un programa televisivo y definir así que tipo de historias puede gustarle más en un libro. Siempre hay un tipo de libro para cada uno. Y con la variedad de títulos divertidos que se puede elegir en estos tiempos, no dudo que se puede encontrar un libro que divierta tanto al adulto como al niño al que se lo está leyendo… Recuerden además, que a los niños les gusta mucho repetir aquello que los divirtió, por eso no es necesario tener un libro nuevo para cada día. Cuando un libro ha tenido éxito, el niño disfrutará mucho repetirlo varias veces, e incluso contarlo alguna vez él, aunque todavía no haya aprendido a leer… allí ven, ya está ejercitando su memoria.
Estas son sólo sugerencias, probar y descubrir la mejor opción para nuestros pequeños, es la mejor manera de avanzar en la generación del hábito de lectura. Y recuerden que, las vacaciones, son ideales para estas actividades, porque nuestros niños están más descansados, los días son más largos, y siempre estamos buscando alguna actividad de calidad que compartir con ellos.
¡A leer…!
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